17 abril 2007

Fundació: Infantil B

Recogo un comentario hecho en esta crónica como el sentimiento que últimamente tenemos los que debemos dar parte de lo ocurrido. Se puede decir que solo es futbol, pero sería un tópico. Es verdad lo que me dijeron el domingo. Los padres somos como una noria... Ahora arriba, después abajo.
"Si las palabras son de plata, el silencio es de oro. Quien dijera eso, hoy día tuvo razón. Quizás debería enviar una hoja en blanco luego de leer esta frase sabia, pero mi compromiso de colaborar con la crónica de este partido me lo impide. "

Jornada 25ª
Sabado 14 de Abril de 2007

Infantil 1ª División Grupo 1
L’HOSPITALET “B” 6 - FUND. EUROPA “B” 0
GANÓ GOLIAT
Alineación inicial: Pol; Victor, Albert, Pablo, Ian; Pasku, Alex, Alejandro, Arnau; Fede y Javier.
Tambien jugaron: Edgar, Oscar, Lander, Oriol, Mario, Carlos y Giancarlo.

Estamos sin portero. Era el rumor alarmante en la grada europeísta. Y así, con un día lluvioso, con dos euros obligatorios, con un campo enorme, sin Nico, y a sabiendas de que enfrentaríamos al puntero, nos llenaron la canasta. Recogimos seis veces el balón del fondo de las redes. El colero se enfrentaba al líder. David contra Goliat. Esta vez no se repetiría la historia de hace trece siglos. No caería ningún gigante filisteo de casi tres metros, desafiante y fanfarrón, revestido de bronce, porque no había ninguno en el campo. El líder supo demostrar porque lo era, sin poses y con humildad, con líneas coherentes, rotando la pelota, y con buena marca, y además, demostrando virtudes individuales. De todo esto nos enteraríamos seis veces, todas clarísimas. Y pese a cometer algunos fallos en sus líneas posteriores, poco a poco, nuestro rival se fue adueñando del control absoluto del partido, sin dejar espacios para nuestras ilusiones de vencer a un gigante siendo pequeños, como lo hiciera David, el pequeño soldado de Jehová.
Fede intentaría dos disparos, mientras que Alejandro recuperaba y distribuía bien la pelota, lo mismo que Alex, pero Europa sólo resistiría sólo 16’ antes de que Hospitalet se adelantara en el marcador. El segundo aviso de demolición vendría a los 18’. Europa lo intentaría a los 27’ (Pablo, de tiro libre) y a los 30’ (Alex, desde 20 metros), pero sin éxito. Se intuía difícil nivelar a un equipo que cambiaba de bandas con facilidad, compacto, y que apretaba la marca con acierto. Lo peor era que también sabía anotar. El 2-0 era justo para lo visto en la primera mitad.
Sobre los 14’ de la segunda parte, Hospitalet ya había convertido dos veces más. La demolición seguía en marcha. Mientras tanto, Europa, por intermedio de Oscar, había rematado una vez, de falta, y sin suerte. Hospitalet era un aluvión incontenible de fútbol. El 5-0 de los 16’ marcaba una clara diferencia. Europa ni creaba, ni hilvanaba, sólo le quedaba contener al huracán. Pero si el mar no detiene al huracán ¿Quién podrá detenerlo? ¿Cómo detenerlo? ¿Repasando la Historia? Tal vez. El joven David, cuenta el Libro de Samuel, se desprendería de las armaduras que lo inmovilizaban y enfrentaría al gigante con una honda y unas cuantas piedras. Revestido de Jehová, con mucha fe, lo vencería con un certero disparo en medio de la frente, para que el mundo se enterara -según se lo diría el mismo jovencito al mismo gigante- de que en Israel había un Dios. Pero no es lo mismo un campo de batalla que un campo de fútbol. Las técnicas de conjunto, las individualidades y las estrategias reemplazan a las hondas y a los rifles de repetición. Los gigantes -sin cascos, sin pecheras de bronce, y sin espadas- están en las canchas de básquet, salvo algunas excepciones, generalmente peligrosos en el juego aéreo. Por ese lado, por el lado del fútbol, la Fundación no podía hacerle sombra al líder. El partido ya tenía un nombre.
Sobre los 33’, cuando ya queríamos volver a casa, con Carlos luchando en solitario por nuestras líneas más adelantadas, Europa encajaría el sexto. ¿Cómo se digieren seis chupetes de plomo en un día lluvioso? Pues, volviendo a casa, cabizbajos y esbozando una sonrisa de resignación. Cada uno tendrá sus propias respuestas. Ya dije la mía. Un minuto después, a los 34’, Europa remataría débilmente, y sobre los 35’, en plena demolición, Pablo lanzaría un buen disparo, a balón parado, que el portero controlaría en espectacular estirada. Victoria sin atenuantes. El líder hizo prevalecer su condición y se quedó con los tres puntos en casa. ¡Felicitaciones! ¡Huele a campeón en Hospitalet! ¿Y la Fundación? Pues, a seguir trabajando y a seguir aprendiendo a tener la hidalguía de reconocer la superioridad de un equipo, por lo menos, con un respetuoso silencio, sin envidias.